La ruta que debes conocer para explorar la provincia verde

Esmeraldas es tanto una provincia verde como una provincia de playa… una fabulosa dualidad

Unas (verdaderas) vacaciones en Esmeraldas

Algo que puede impresionar a quienes conocemos la provincia de Esmeraldas, es lo poco que realmente la llegan a conocer los cientos de visitantes que abarrotan sus playas cada feriado.

Hay tanto por conocer. ¿Pero quién se aventura más allá de la cuadrícula de arena que le toca frente al hotel o casa de playa? ¡Lo que se pierden! Nunca han probado la absolutamente única cangrejada esmeraldeña, preparada con el cangrejo ‘bandera’ de nuestro país… sí, un cangrejo amarillo, azul y rojo endémico de esta zona del país. Lo preparan con una inolvidable salsa de coco y maduro. ¡Para chuparse los dedos!

Claro, tienes que salir de las ‘cuatro paredes’ de tu playa para probar esta delicia… pero ella (y tantas otras aventuras) esperan al corazón curioso.

Es hora, pues, de iluminarles con esta guía de imperdibles esmeraldeños.

Las soberbias playas de la ruta Galera – San Francisco

La costa norte

¿Sabías que los manglares más altos del mundo están en Ecuador? Sí, El Majagual, en Esmeraldas, es un patrimonio natural de nuestro país, a pocos kilómetros de una de las playas más bonitas, Las Peñas, que también se jacta del mejor batido de coco de la provincia (¡la provincia de los batidos de coco!).  Pregunta por el pueblo que te lleven hasta donde Gilson para probarlo.

Y si llegaste tan lejos como Las Peñas, en tu camino de vuelta a la ciudad de Esmeraldas, hay dos lugares a no perderse. El uno está en un pueblo en realidad, una playa con un par de casas llamado África. Aquí vive el singular Arquímides Sinisterra. Es una gran aventura conocer su pequeño museo de tablones, cruzar el río en marea baja hasta su hogar, donde guarda piezas arqueológicas, lo que a veces llama “planetarias”, pues algunas de ellas, nos dice, provienen de otros horizontes extra-terrenales. La otra parada obligada, cuando ya golpea el hambre, es Cevicangre, donde probarás el famoso cangrejo azul. También puedes aprovechar para navegar río arriba y conocer las fincas chocolateras de la zona.

Quizás el norte de Esmeraldas es demasiada aventura… ¿TE ATREVERÍAS? Esta zona es muy interesante culturalmente y está repleta de experiencias que pocos podrían imaginar… Dejémoslo para una próxima visita… pero sin duda vale la pena… escuchar la verdadera marimba, visitar poblados a la orilla de ríos abarrotados de vegetación, saliendo de Borbón río adentro, al verdadero corazón de la selva.

Y claro, vale la pena hacer una escala en la ciudad de Esmeraldas, al menos para pasearse por su bonito malecón y ancha playa de Las Palmas, con buenos kioskos donde comer delicias del mar y otros clásicos tradicionales. Oh Mar! y su plato patentado «el ensumacao», es una buena recomendación.

Un hotel como Puerto Gaviota en Tonsupa también te ofrece descanso y la oportunidad, cuando te canses de playa y sol, de salir hacia estos llamativos destinos.

La ciudad de Esmeraldas tiene su propia, y muy hermosa playa, Las Palmas

Casablanca y más allá

Para muchos, el lugar de predilección playera es Same; su suave arena y preciosos atardeceres muy bien pueden satisfacer una estadía de varios días. Lugares como Green 9 Spa and Beach Resort en Casablanca te ofrecen descanso a pocos pasos de la playa en un complejo con todas las comodidades, incluyendo acceso a la cancha de golf y canchas de tennis, aparte de piscinas, tumbonas para la arena y otras amenidades. Esta puede ser una buena base para aventurarte hacia el oeste, siguiendo la bonita ruta escénica de Galera a San Francisco.

Las vistas y visitas que esperan a poca distancia, al oeste de esta bonita playa, son aún más fotogénicas. Empecemos en Playa Escondida. Puedes visitar (es bueno hacerlo en marea baja) pagando 5 dólares para conocer su escultórica playa. La geología del lugar es muy especial, lleno de texturas llamativas, cuevas y pequeñas piscinas naturales.

Sobre esta ruta empieza una preciosa costanera hacia la punta del continente, Punta Galera, donde descubrirás una serie de pequeños pueblos pesqueros, con distintas playas por descubrir. Está Estero de Plátano. Su pequeño comedero Mar y Bosque es organizado por la asociación de mujeres del lugar. A nosotros nos llevaron a cazar pulpo para una deliciosa sopa, pero también cuentan con huertos orgánicos y lugares de descanso.

Más adelante está la ancha playa de Quingue y a poca distancia de aquí, una joya de playa (con su proyecto turístico) de Caimito. Una breve caminata por el bosque te lleva a su desértica ensenada. Más al sur, está Muisne, sus manglares e Isla Bonita, un buen lugar para pasar el día.

Mompiche

Todos hablan de Mompiche, y no es en vano. Es una hermosa playa orlada de bosque hasta la que hace quince años solo se podía llegar en barco. Su playa es muy extensa y siempre podrás encontrar un rincón de soledad, especialmente en caminatas hacia el norte. Hay muchos hostales en el pueblo y comederos con comida recién salida del mar (visita El Económico). El batido de fruta, los panes de yuca y el coco fresco son estampas del pueblo y una caminata en marea baja hacia los acantilados del sur promete interesantes texturas entre las rocas.

Portete es una costa desértica con asombrosos escenarios naturales

No dejes de visitar Playa Negra y si te gusta caminar por la playa, cruza hasta Portete y camina su ancha, paradisiaca playa. Puedes incluso seguir adelante y llegar hasta el hermoso y muy verde pueblito manglero de Bolívar. Puedes también contratar una visita en barco hasta la desértica isla Júpiter.

Mompiche es además un excelente lugar para aprender a surfear (frente al acantilado sur nos encontramos con una verdadera ‘fábrica de olas’, uno de los mejores lugares para aprender).

Ballenas

Si estás de visita en julio o agosto, no puedes perderte la oportunidad de ver a las ballenas que atraviesan el océano Pacífico en busca de nuestras cálidas costas para procrear. ¡Es, incluso, posible ver a ballenas madres con sus crías! Estar tan cerca a estos reyes marinos cala profundamente en el alma de cualquier mortal; verles salir del agua, mostrar sus esculturales cuerpos… Esmeraldas es uno de los muchos lugares en la costa donde vale la pena tomarse una mañana para realizar esta excursión. Puedes hacerlo desde el pueblo de Súa, donde se organizan salidas, pero existe la posibilidad de unirse a los científicos que estudian a los cetáceos desde hace varios años. Podrás escuchar como cantan debajo del agua, que es toda una aventura.

¡Ahora no tienes excusa… cuando vayas a Esmeraldas… piensa en explorar las maravillas de la provincia!

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